miércoles, 13 de mayo de 2009

Al Maestro con Cariño...

Un día como hoy pero hace 155 años, nacía en el partido bonaerense de San Justo, quien a mi parecer fué un gran maestro, porque más allá de enseñar su ciencia, nos enseñó su vida, con sus alegrías, penas y sueños rotos.

Hablo de Pedro Bonifacio Palacios, también conocido bajo el pseudónimo de Almafuerte...creo que nunca un pseudónimo representó tan bien a alguien como éste; porque, aunque su cabeza más de una vez rodó en el polvo, él nunca dejó de vociferar sus sentimientos, no como una pretensión de redimirse, sino por la de bruñir y honrar su propio lodo.

Y además, siempre me sentí identificada con él; siempre encontré un escrito de él para cada momento de mi vida; siempre encontré en sus palabras, alguna que me alentara en su momento.

Y porque cuando tuve que partir, no dudé ni un momento en tomar aquel libro que me regalaran amigos de la universidad, sobre su obra completa, y acomodarlo bien en mi equipaje de mano; el único libro que traje de la que fué mi biblioteca; y que ahora ocupa el centro de una nueva biblioteca, en el sitio de honor, rodeado de muchos otros libros en el mismo idioma y en otros; y junto a varios álbunes de fotos y recuerdos...





Gracias Maestro, por tanta vida en sus escritos; y de paso, gracias también a mi Padre, por hacer que lo descubriera...

Y para homenajeralo, una muestra de su obra:


Los 7 sonetos medicinales

AVANTI!

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los
santos y las santas.

Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...

¡Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de su muerte!



¡PIU AVANTI!

No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez
del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.

Procede como Dios que nunca llora;
o
como Lucifer, que nunca reza;
o
como el robledal, cuya grandeza
necesita
del agua y no la implora...

Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!



¡MOLTO PIU AVANTI!

Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes.

Los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos,... ¡sobrantes!

¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
¡nunca sigas impulsos compasivos!
¡ten los garfios
del odio siempre activos
los ojos
del juez siempre despiertos!

¡Y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!



¡MOLTO PIU AVANTI ANCORA!

El mundo miserable es un estrado
donde todo es estólido y fingido,
donde cada anfitrión guarda
escondido
su verdadero ser, tras el tocado.

No digas tu verdad ni al mas amado,
no demuestres temor ni al mas temido,
no creas que jamás te hayan querido
por mas besos de amor que te hayan dado.

Mira como la nieve se deslíe
sin que apostrofe al sol su labio yerto,
cómo ansia las nubes el desierto
sin que a ninguno su ansiedad confíe...

¡Trema como el infierno, pero ríe!
¡Vive la vida plena, pero muerto!



¡MOLTISSIMO PIU AVANTI ANCORA!

Si en vez de las estúpidas panteras
y los férreos estúpidos
leones,
encerrasen dos flacos mocetones
en esa frágil cárcel de las fieras.

No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones
lo mismo que dos plácidos horteras.

Cual Napoleones pensativos, graves,
no
como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su aula,
buscando las rendijas, no las llaves...

¡Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula!



VERA VIOLETA

En pos de su nivel se lanza el río
por el gran desnivel de los breñales;
el aire es vendaval, y hay vendavales
por la ley
del no fin, del no vacío.

La más hermosa espiga del estío
ni sueña con el pan en los trigales;
el más dulce panal de los panales
no declaró jamás: yo no soy mío.

Y el sol, el padre sol, es raudo foco
que fomenta la vida en la Natura,

por calentar los polos no se apura,
ni se desvía un ápice tampoco.

¡Todo lo alcanzarás, solemne loco...
siempre que lo permita tu estatura !


LA YAPA

Como una sola estrella no es el cielo,
ni una gota que salta, el Océano,
ni una falange rígida, la mano,
ni una brizna de paja, el santo suelo.

Tu gimnasia de cárcel no es el vuelo,
el sublime tramonto soberano,
ni nunca podrá ser anhelo humano
tu miserable personal anhelo.

¿Qué saben de lo eterno las esferas ?
¿de las borrascas de la mar, las gotas ?
¿de puñetazos, las falanges rotas ?
¿de harina y pan, las pajas de las eras ?...

¡Deténte! por piedad, pluma, no quieras

que abandone sus armas el ilota!


Páginas Negras, cap.XII

TRÉMOLO

Aquí está mi pecado más funesto;
Aquí está, de mis manchas, la peor
Aquí estoy a tus pies...

¡De un solo gesto fulmíname, Señor!


¿Quién nos puso el horror a lo Deforme?
¿Quién dictó las pragmáticas del Bien?
¿Y qué mano brutal, que brazo enorme
Nos hunde en lo Soez?


Negras son las cien fauces
del infierno;
Negras las
almas que al infierno van:
Negra la Eternidad...¡Negro y eterno
¡Un minuto del Mal!


Tengo una luz en mí que no se apaga;
Tengo la claridad de lo Mejor...
Y tengo el corazón hecho una llaga,
¡Como el cuerpo de Job!


Brillan sobre la Noche las estrellas,
Brillan como pupilas de rubí;
Brillan desde el Principio, todas ellas...
¡No me miran a mí!


Yo no puedo ceñirme en lo Inefable,
Yo no puedo ser más de lo que soy;
Yo no puedo evitar lo Inevitable...
¡Porque yo no soy Dios!


¿Dónde están tus Olímpicos Pesebres?
¿Dónde está el manantial de tu Virtud?
¿Dónde se han refugiado, como liebres,
Tus Genios de la luz?


Gimen los gemebundos algarrobos;
Gimen bajo la fusta de Aquilón;
Gimen en las tinieblas
como lobos...
¡No gimen
como yo!


Yo he de ser el que cae, el que gravita;
Yo he de ser el Satán, el no feliz!
Yo he de ser el rosal que se marchita...
¡Porque te place a ti!

Guarda para tus buenos, tus Edenes;
Guarda para tus vírgenes tu amor;
Guárdate para Ti todos tus bienes...
¡Tirano sin control!


Aquí está mi pecado más funesto;
Aquí está, toda entera, mi maldad;
No hagas, solemne Dios, un solo gesto...
¡Te acuso de crueldad!


Braman en el desierto los leones;
Braman, como una gran lamentación;
Braman, porque maldicen las prisiones
De su instinto feroz.


Pesa la Cruz sobre Israel deicida,
Pesa la Rebelión sobre Satán;
Pesa sobre Caín la primer Vida...
¡Mi carga pesa más!


Buscan hasta los ángeles placeres,
Buscan las aves el espacio azul;
Busca la libertad todos los seres...
¡Yo busco el ataúd!


Sueña con retoñar el triste leño;
Sueñan los pobres ciegos con que ven;
Sueña la recua enorme...¡yo no sueño!
¡Jamás retoñaré!


Piensan los mismos necios en la gloria;
Piensan los incurables en vivir;
Piensa en la perfección la vil escoria...
¡Yo me río de mí!


Yo sé que hay una luz que no se apaga;
Yo sé que hay que llegar alguna vez...
Y yo sé que están hechas una llaga
Las plantas de mis pies.


Guarda para tus
Santos tus Edenes;
Guarda para tus vírgenes tu Amor;
Guárdate para Ti todos tus Bienes...
¡Valen mucho, Señor!


Me impusiste la cruz de un gran destino;
Me pusiste el afán de un Más Allá,
Y pusiste la Noche en mi camino...
¡No doy un paso más!

Aquí está mi pecado más funesto;
Aquí está, de mis lacras, la peor;
Aquí estoy ante Ti...¡Ni un solo gesto!...
¡Págame mi dolor!


¿Qué te cuesta evitar las amarguras?
¿Qué te cuesta iradiar toda tu luz?
¿Qué te cuesta dotar a tus criaturas
De la misma salud?


¿Quién reduce tus fuerzas infinitas?
¿Quién te obliga a crear ni un pecho vil?
¿Quién te impone la ley de los jesuitas
Para llenar tu fin?


¿Dónde está tu potencia soberana?
¿Dónde están tus ejércitos del Bien?
¿Adónde está la perfección humana,
Para tenerte fe?


Eras un viejo Buda milenario;
Eras un comodín y nada más;
Eras un espantajo innecesario...
¡Ya no habría otro igual!


Eras sin filiación
como un gitano;
Eras
como un error que ya no es;
Eras un epigrama, un dicho vano...
¡Una sombra que fue!


Todos te maldecían, Iscariote,
Todos te declaraban maniquí,
todos, hasta tus propios sacerdotes
¡Se burlaban de ti!


Estabas derrotado por la ciencia;
Estabas sin arraigo en lo Vulgar;
Estabas
como Duda en la Conciencia...
¡No tenías altar!


Y yo arrimé mis labios a tu carro;
Yo te puse mis versos por pavés;
Yo te alcé
como un mísero del barro
Con mi profunda fe.


Yo te soñé la Madre y el Abuelo;
Yo te soñé más próvido que el sol;
Yo te pensé mejor...¡Vete a tu cielo!
¡No mereces ser Dios!

Aquí está mi pecado más funesto;
Aquí está, de mis lacras, la peor;
Aquí estoy ante Ti...¡Ni un solo gesto!...
¡Págame mi dolor!